Descripción
Escena de caza en la que un hombre desnudo forcejea con un ciervo sujetándolo por la cornamenta. El estilo empleado en las figuras recuerda al arte clásico, y a las ilustraciones de pasajes mitológicos; la fuerza que transmiten ambas, establece un símil con la idea de vigor que proporciona el vino de la marca. A finales del XIX y principios del XX, el sector farmacéutico despegó en España y, poco a poco, se fueron introduciendo multitud de productos sin receta, de apariencia atractiva y dudosa utilidad, entre los que destacaron los preparados llamados «enólicos» cuya base era el vino. El doctor Arístegui fue jefe del laboratorio químico y bacteriológico del Ayuntamiento de Bilbao (1895).